sábado, agosto 18, 2007

Enfermedades

¿Cómo saber si se está preparado para reconocer una enfermedad en particular? ¿Cuántos casos de una enfermedad dada se deben ver para aprender la forma en que la enfermedad se presenta, se diagnostica y se trata? El Dr. de la Maza me preguntó una vez: "¿Cuántos casos de miastenia gravis crees que debes ver en tu vida para que aprendas cómo tratar a un paciente con ella cuando se presente el caso?" Para el Dr. de la Maza la respuesta es: un caso. No más. Un caso basta. El Dr. Fernandez, al analizar las radiografías, decía que los ojos no ven lo que el cerebro no conoce. Si se consideran las dos opiniones bastaría una sola exposición a un problema clínico determinado para ponernos al tanto de su existencia. Una vez visto, jamás lo habré de olvidar. Lino fue aun más allá al contar aquella historia del médico que hizo un brillante diagnóstico de una enfermedad sumamente rara. Los estudiantes maravillados preguntaron al médico que había requerido para hacer aquel excelso diagnóstico. La respuesta del galeno fue: "Lo lei...y me lo sabía." Así pues, seríamos capaces de reconocer algo aun cuando jamás hayamos estado físicamente en contacto con ello.

Entonces, somos capaces de identificar una enfermedad con signos y síntomas sutiles con tan solo ver un caso en la vida, o incluso con tan solo estudiarlo en el ambiente académico, asi mismo, somos capaces de identificar los signos radiográficos si y solo si sabemos lo que estamos buscando en la imagen. De lo contrario signos muy evidentes podrían pasar desapercibidos. Y entonces se nos pelaría el diagnóstico. De esto se deduce que para reconocer algo se necesita tan solo un mínimo de experiencia, pero aun este mínimo es indispensable.

Pienso entonces en lo maravillosos que somos. Creo que muchos de nosotros jamás hemos visto en persona al Papa, o al presidente, o al actor de moda y sin embargo seríamos capaces de identificarlos si nos los topáramos en la calle, aun cuando no vistan las ropas que estamos acostumbrados a ver en las películas, ni lleven los mismos peinados. Aun sabríamos quienes. ¿Qué pasaría cuando hemos esperado toda la vida para enfrentarnos a una terrible enfermedad o para conocer a alguien y de pronto un día, aparacen inesperadamente? ¿Estaremos realmente listos para lidiar con la situación?