viernes, octubre 28, 2005

Spider house

Hoy fui a un lugarito (que te va a encantar) denominado Spider House. Para aquellos que no entiendan lo que significa eso, la traducción es "La casa de mi suegra". Resúltase que es un café muy groovy, con ambiente muy espeso y existencialista. La gente hace como que está en una onda muy intelectual, haciendo mella profunda en los conceptos más críticos de la filosofía de la ciencia...pero en realidad nomás van a tirar rostro. Pero bueno, no es que quiera hablar de ese lugar in, en particular, sino que en ese lugar estuve hablando con Adem el turco y después de ver fracasado nuestro intento de hacer la tarea (sic), la decidia pudo más con nosotros y decidimos echar mano de excel ahí pa despuesito y retomamos el tema de la historia de Texas.

Texas no tiene una historia universalmente trascendental. Se la han tenido que inventar a punta de chingazos, porque de otro modo no habría una pizca de raiz histórica al rededor de la cual pudieran construir la infraestructura comercial para los "suvenirs" que del Álamo y del "Lone Star State" (buen en realidad porque de otro modo habría un elemento menos que propiciara la identidad de los Texanos). Los hechos más insignificantes (aquello del Álamo por ejemplo) que en los libros de historia de la SEP ni siquiera aparecen, aquí son los eventos claves de la historia. Incluso un montón de lugareños desconocidos son los héroes de la raza. Pero nada trascendental. El punto es que el turco Adem sugirió que de no haber sido por Santa Ana (el expresidente no el guitarrista), México tendría un lugar distinto en la panorámica internacional. Yo objeté diciendo que no es el caso el tener más o menos territorio, incluso uno atascado de petróleo como lo es Texas. Más meramente bien yo pienso que es cuestión de idiosincracia. Las cosas malas que tenemos al menos en parte se deben a esas profundas raíces ancestrales que tenemos gracias a esos maleantes conquistadores que no tenían otra opción mas que embarcarse en viajes transocéanicos para llegar a las Américas, exponiéndose al escorbuto, y demás males asociados con males tan largos, además de servir como carne de cañón una vez instalados en tierra e iniciadas las grescas con los indios. Si a nuestro territorio hubieran llegado los colonos protestantes ingleses con su espíritu emprendedor otra cosa habría sido.

Y aunque les empache a algunos eso hizo la diferencia. Sobre todo que para el protestante el trabajo y la riqueza es algo que ennoblece, mientras que para el cristiano pareciera que la pobreza, la frugalidad, la resignación y la obediencia son el camino para llegar al cielo. Acabáramos. Pero gracias a esa graciosa puntada inculcada en nuestro pueblo por generaciones, somos lo que somos. Manque tuviéramos mil y un estados de Texas con mil y un pozos petroléroso y mil y una vaqueritas de Dallas. La cuestión es que nuestro espíritu mexicanísimo tiene el arquetipo del conquistador vividor, nada ahorrativo y dejado de la mano de Dios, de ese Dios cristiano que tan mediocres nos quiere para tenerlo contento. No cambiará esa situación mientras no haya un cambio radical de mentalidad.

El turco Adem propuso un paso inicial para ese cambio radical: estar informados. El consejo es simple: dedicar al menos 5 minutos al día a enterarse que pasa a nuestro al rededor. Escuchar las noticias, leer el periódico, lo que sea. Nuestra opinión no puede, no debe estar basada en lo que dicen los mascabroders en la tele, mucho menos en lo que nos llega platificado como películas y cualquier otra forma de expresión artística de EEUU. Nuestra opinión debe estar fundamentada en información. Es nuestra responsabilidad como adultos y como habitantes de este planeta, es más, como ciudadanos de algún país dado, estar informados, esto en palabras del turco.

Y yo estoy de acuerdo, es una buena estrategia para dar ese primer paso. La cadena de hechos que podrían desprenderse y el mecanismo mediante el cual se daría la transición de un ciudadano informado a una sociedad con presencia en el panorama internacional será motivo tal vez de otra visita al Spider House. El te está sabrosón y las morras que asisten más.