Un EMIS...

Un EMIS:

Siempre es entusiasta
Hace que las cosas sucedan
Viste con pulcritud
Nunca llega tarde
Ríe todo el tiempo
Sigue las instrucciones
Es el primero en llegar y el último en irse
Lee de un texto de medicina todos los días
Trabaja en equipo
Pide retroalimentación
Nunca se queja
Nunca critica
Nunca se cansa
Nunca hace quedar mal a nadie
Trata a todos con respeto
Es consciente de las jerarquías y las respeta
Hace lo que se le pide
Disfruta el trabajo laborioso
No es un “sabelotodo”
Nunca corrige a nadie durante la visita, a menos que afecte el cuidado del paciente
Hace quedar bien al externo/residente siempre que puede
Sabe más que nadie acerca de su paciente
Ama el quirófano
Nunca quiere irse del hospital
Acepta las correcciones
Habla de usted al personal de enfermería, administrativo, comedor y de intendencia
Nunca pregunta algo que pueda buscar él mismo
Conoce la enfermedad del paciente, la indicación de la cirugía y la anatomía antes de entrar al quirófano
Siempre consigue los estudios de imagen
Disfruta suturar
Es honesto y admite sus errores
Es humano pero no finge sus sentimientos
Nunca dice “No” o “tal vez” cuando se trata del paciente
Nunca usa pitufo en clases o en sesiones
Felicita cuando es apropiado
Comenta sus casos con el residente
Consigue los resultados y datos de laboratorio antes que nadie
Cubre y descubre las heridas durante la visita
Nunca tiene hambre o sed
Tiene una vejiga de acero, un estómago de hierro y un corazón de oro
Siempre escribe sus notas de vista sin preguntar
Se reporta temprano con el residente
Siempre sigue al paciente a recuperación
Siempre pide permiso para preguntar, durante las cirugías.