miércoles, junio 14, 2006

Luna lunera, cascabelera
















El calor del verano
es el calor de la mente:
un invento pagano
de algún Dios y la gente.

Cuando el cansancio acecha
desesperado a su presa,
aquella mente arremete
con ingenio y grandeza.

No cabe duda en el mundo,
no hay razón en el cielo,
no muere nada en los mares,
no continúa el infierno.
Sin la empatía no hay vida,
sin la existencia lo hay todo,
sin el amor no creemos,
no cabe duda, no hay peros.
Sin lo que dicta la ciencia
cualquier palabra es incierta,
y emasculamos los rezos,
y nos volvemos ateos.

Sin el verano no hay sangre,
ni del invierno sabemos,
Sólo por esto vivimos.
Sólo por esto creemos.

Rojas