Muse!
La ýpoca del virtusismo en el rock ha pasado, pero recientemente he podido ser testigo de la actuaciýn de una super banda, cuya mýsica rompe con los paradimas de la mýsica comercial contemporýnea. La misiýn: vibrar con el rock, el equipo: el tocayo cýsar, lizy, laura y yo, el dia: sýbado 7 de mayo del 2005, el lugar: el Austin Music Hall, la super banda: Muse, trýo islandýs (europeos tenýan que ser) que con gran energýa estremeciý por mýs de hora y media a las cerca de 3,000 personas que abarrotaron el lugar. La mýsica de Muse es magia hecha energýa; la fusiýn perfecta de heavy metal, pop y electronic, con microdosis inteligentemente reguladas de piezas de piano clýsico; riffs pastosos, sonidos distorsionados, nitidez del estruendo, melodýas pegajosas y virtuosismo en la baterýa, el bajo, la guitarra y el piano (estos ýltimos ejecutados por el vocalista) fue lo que hizo de este espectýculo el mejor al que he asistido. El manejo del escenario por el lider de la banda fue excelso, el espectýculo de luces subyugante, la entrega del pýblico envidiable, la vibra y la emociýn transmitida por el artista cumpliý su cometido de pe a pa. No soy fan de Muse, pero me conmoviý la autenticidad, la sobriedad, la agresividad y la perfecciýn de las interpretaciones. Mis rolas favoritas fueron "Time is running out", Sing for absolution" y "Helsinki syndrome" con la cual cerraron apoteýsicamente despuýs de cinco minutos de aplausos y un encore de tres canciones. El final del concierto consistiý en un despliegue psicýtico de efectos sonoros y visuales mientras la banda destruýa sus instrumentos en el centro del esenario, como rindiendo un tributo a los Dioses de la Mýsica. Como toda banda Europea, tuvo poca interacciýn verbal con el pýblico, pero fue suficiente el caudal de emociones que a travýs de la mýsica se estableciý. Recomiendo a todos escuchar a esta poderosýsima banda, que lleva el orgullosamente el estandarte del mejor rock contemporýneo.
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